El leopardo de las nieves es la única especie de su género que no ruge; sin embargo, su aparato fonador posee casi todas las características que permiten rugir. Al igual que las demás especies de Pantherinae, posee el hueso hioides parcialmente osificado y con cierto grado de movilidad, y, al igual que las demás especies de su género, los llamados felinos rugidores (león, leopardo, tigre y jaguar), posee un ligamento que le permite alargar la cavidad acústica entre la laringe y la faringe, aunque más corto que en aquellos.
La limitación al rugido parece estar condicionada por unas cuerdas vocales más pequeñas y por la ausencia de un tejido fibroso y elástico desarrollado en las mismas, que es el que permite la vibración en bajas frecuencias de los rugidos.
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